La simplicidad en la vida cotidiana y el zen ¿Están conectados?

By Creación en Acción - abril 18, 2010

Hace tiempo leí un librito de Elaine St.James, un best seller titulado “Simplifica tu vida“. Editorial Integral (En España). Un librito de eses faciles de leer y rápidos de digerir. Sin embargo, un libro de la suficiente entidad como para no dejarlo olvidado en el cajón de los recuerdos del inconsciente. Una información que siempre he tenido ahi, detrás, recordandome, que si deseaba crecer, no podía creerme la historia de la “superwoman” (o "superman" en el caso de los chicos:) o de ser como los demás son o desean ser, en función de lo que han interiorizado que se debe desear ser.



En palabras de Elaine St.James, “..finalmente habíamos comprendido que no íbamos a ser capaces de llevar a cabo todo lo que nos habíamos propuesto, de modo que nos sentamos e hicimos recuento de lo que podíamos hacer y lo que es más importante, de aquello que realmente queríamos hacer. Comenzamos mediante la simplificación, a organizar nuestras vidas de manera que pudiéramos dedicar el tiempo y la energía suficiente a aquellas cosas que más nos importaban y DESPRENDERNOS DEL RESTO“.



Ella comenzó por el proceso de simplificar sus necesidades exteriores (cuidado del hogar-paso de tener que ocuparse de una gran casa a una casa pequeña que le suponía un enorme ahorro de tiempo-, economía, actividades sociales, etc..) y paso posteriormente a explorar como simplificar su vida interior, proceso que explica en su segundo libro “Simplicidad interior“.



Detalla como el proceso consiste en empezar a prescindir de gran parte de las posesiones que en realidad, después de analizarlo, nos damos cuenta que no necesitamos, y que suponen un lastre en perdida de energía y tiempo, y concentrarse más en el desarrollo de la vida interior. Que ello no implica privarse de las cosas que uno/a desea, la referencia a seguir para saber de lo que debemos desprendernos, será despojarnos de todo aquello que ya no aporta nada a nuestra plenitud.



Algunas Propuestas del segundo libro “Simplicidad Interior” de Elaine St.James. Editorial Integral. (en algún caso añado algo de mi cosecha)



1. Conecte con el sol.

2. Cree belleza en su vida.

3. Aprenda a disfrutar del silencio.

4. Coma en silencio con su familia (cuando le apetezca)

5. Entre en contacto con su creatividad (Para ello yo recomiendo a De Bono)

6. Aprenda a moderar la marcha.

7. Sea realista.

8. No se deje atrapar por la rigidez de su camino.

9. Aprenda a divertirse con lo que elija hacer en cada momento (concepto de fluidez de Mihaly Csikszentmihalyi)

10. Pida ayuda cuando la necesite.

11. Abrase a las enseñanzas ajenas.

12. Rompa con la rutina de vez en cuando.

13. Aprenda a sonreir.

14. Revise sus rutinas diarias buscando la simplicidad.

15. Reduzca su necesidad de datos (o de estar al día) ¡ No somos ordenadores ¡¡.

16. Aprenda a decir no (o sí), en función de sus necesidades.

17. Desarrolle ecuanimidad y paciencia. (Me interesa mucho el concepto “ecuanimidad”:)

18. Dese cuenta que mañana puede no estar aqui, que es de verdad, y centrese en la vida que hay en Vd, en vivirla cada día como el último día.



Para ello, para poner a funcionar una simplificación vital, vale la pena hacer una parada, dedicar un tiempo a reflexionar, sobre cuales son las cosas y/o actividades de las que podemos y deseamos en el fondo prescindir, que nos suponen un gasto de energía personal (emocional o física) y/o tiempo, preguntarnos si son realmente elegidas por nosotros y si lo son, lo son de acuerdo a criterios relacionados con nuestro propio bienestar. Vale la pena “perder” una semana de nuestro tiempo en replantearnos como podemos simplificar nuestra vida, para que al desprendernos de lo que realmente no queremos, podamos evolucionar hacía donde SÍ queremos.



Mucha suerte en tu camino.

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5 comentarios

  1. Parece algo realmente imprescindible si queremos caminar ligero. Gracias por recordarlo.

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  2. Gracias por tu palabras Amelia:) No te creas, cuesta de aplicar en un mundo como el nuestro. Ayer en un capítulo de "doctor en alaska", el prota descubría como para dejar de controlarlo todo, tenía que vivir con nada y se iba a un lugar perdido donde no tenía nada que hacer. Es difícil encontrar un espacio así, ahora:)

    Un abrazo

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  3. Uno de mis recuerdos felices: unas semanas en Nepal, en una habitación con un colchón en el suelo, un par de mudas de ropa, también ordenadamente amontonadas en el suelo, y una ventanita con vistas al Himalaya. No faltaba nada. Aquí me complico considerablemente más.
    Un beso.

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  4. Gracias Azul.
    Me ha gustado mucho.
    Un abrazo.

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  5. Hace poco encontre un libro de feng shui.Lo leí y luego imagine que mi casa era mi interior y que para que fluyera el chi tenia que tener escasos muebles.Lo vacie todo y el aire que en ese momento había afuera penetro dentro y sentí un gran espacio y alivio a la vez.Probadlo.

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